Nuestro lugar de reunión se encuentra en la Galería-Taberna Ánima, en C/Miguel Cid, 80 (Barrio de San Lorenzo, Sevilla) e-mail: tertulia.anima@gmail.com

martes, 31 de enero de 2012

Tertulia Ánima: Convocatoria 8 de febrero: “Un Dios presente en la naturaleza. Estudio sobre teología y filosofía en la obra de Miguel Servet”

El próximo miércoles, 8 de febrero, nos vemos de nuevo, como siempre a las 9 de la noche, en la Taberna Ánima, con ocasión de nuestra-vuestra tertulia mensual. Ese día contaremos con la inestimable presencia de Rafael Bermudo del Pino que nos presentará su libro “Un Dios presente en la naturaleza. Estudio sobre teología y filosofía en la obra de Miguel Servet”, abriéndose tras su exposición un debate al respecto.

Os esperamos.

Miguel Servet, filósofo, teólogo, astrónomo, meteorólogo, matemático, anatomista y médico, fue un incansable luchador contra el dogmático e irracional poder religioso del siglo XVI. Sus afirmaciones, radicalmente en contra de las creencias de la época, le llevaron a estar enfrentado tanto con católicos como con protestantes, lo cual lo llevó a ser enjuiciado y condenado a la hoguera, en la cual fue ejecutado, en la ciudad de Ginebra, el 27 de octubre de 1553.

lunes, 9 de enero de 2012

La memoria histórica (un poema de Pablo del Barco)

Espinas y rosas;
ellas disfrazaban de margaritas
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . las rosas,
cambiaban el olor y sus colores,
las lucían en la solapa azul
mientras lidiaban en la plaza
a los “malditos rojos”,
cuidando que las espinas
no dañaran su piel sensible
de muchachas de bien
acariciadas por el yugo, la flechas
y las pistolas para ellas de miel;
eran los úteros de “la causa”,
las receptoras de niños robados,
favorecidos, neoapellidados,
dando gracias al cielo
por el inmenso favor que recibían;
los fusiles y los palios…
me contaba mi abuelo
la entrada en Bilbao del ejército alemán,
al frente, y el español encogido detrás
permitiendo violaciones y robos,
aprovechando la sombra y los cañones;
recordaba de niño la lectura
en el halo de un candil
de libros prohibidos, disimulados,
de inmensa lucidez que elevaban
mi mentalidad de niño
a paraísos imposibles,
la iglesia bendiciendo los túmulos,
los maestros con el ronroneo amorfo de
la formación del espíritu nacional,
los frailes del colegio
babeando de deseos incumplidos,
el único universo más allá
de las fronteras;
y, al final, la represión y el destierro:
qué suerte poder ver “Viridiana”,
acariciar la bandera tricolor en el estudio
de un soñador ministro republicano
en el exilio;
y el retorno, desconfiando que
poco va a cambiar en esta viña
en la que el monarca es el rey,
esta huerta de tierra abonada
donde, espero, la verdad dará sus frutos
para saber, al fin, quienes somos,
cuál es, cuando un viento borre
la miseria y las mentiras del pasado,
el destino que nunca pudimos cumplir.

© Pablo del Barco